3/01/2014




img_2500_ch[1]MINUTO DOMINICAL
“Dioses y seguridades”

img_2500_ch[1]02 de Marzo de 2014.img_2500_ch[1]  
  8° Domingo  Durante el Año -  Ciclo A

Evangelio de Mateo 6, 24-34



Caminamos como peregrinos tratando de subir la montaña, de las Bienaventuranzas, recordando lo que dice el Maestro…… Nadie puede servir a dos señores. Al Maestro, el apóstol Pablo, acostumbra a llamarlo: Señor. (Kyrios), como lo máximo, el absoluto, el referente, el punto cardinal, la Cruz del Sur que guía, el Señor ante quien nos sentimos servidores, siervos, discípulos. No hay otro Señor. No puede haber otro Señor, otro guía, otro referente, otro punto cardinal, otra constelación que pretenda ser referente sino el Maestro con su  Cruz Universal.  Por eso Mateo le dice, a su comunidad y a nosotros, No pueden servir a Dios y al Dinero.  Dioses y seguridades, bienes e ídolos, referentes y autoridades, poderes y riquezas, pretenden adquirir señorío en nuestras vidas, ofrecernos sentidos y, a la vez, dominarnos y esclavizarnos. Dioses que exigen servicio y nos ofrecen seguridades que no logran satisfacer.

No se inquieten, entonces, diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?  Si tienes al Maestro como Señor, los bienes materiales son necesarios pero no esclavizan, son exigidos pos la dignidad humana pero no excluyen al Señor y Maestro, son dignos de nuestro tiempo y trabajo cotidiano pero no nos quitan el descanso diario, ni el descanso de Dios en el Domingo, es una exigencia de vida el conseguirlos pero es un placer y realización el compartirlos. Porque no son dios ni señor nuestro, sino el uso de nuestras manos para vivirlos y compartirlos. Como nos dice el Papa Francisco: No a la nueva idolatría del dinero. Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la economía pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo. (Evangelii Gaudium  55)

            Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. Este Reino es un nuevo tipo de relaciones en las que los bienes materiales son necesarios y pedidos por la dignidad humana, pero no endiosados y signo de dominación e idolatría social. Por eso que  compartirlos es devolverlos a su dueño original: toda persona del mundo. "El pan que tú retienes pertenece a los hambrientos; el manto que tú guardas en tus armarios pertenece al que va desnudo; el calzado que se pudre en tu casa es del que anda descalzo. En resumen, eres injusto con aquellos a quienes pudiendo socorrer no socorres" (San Basilio, s. IV). Saludos

         P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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