11/16/2013



img_2500_ch[1]MINUTO DOMINICAL
 “Es tiempo de..”

img_2500_ch[1]17 de Noviembre de 2013.  
Domingo 33° Tiempo Ordinario.
Ciclo C –  Evangelio de San Lucas 21, 5-19

Es tiempo. Es el tiempo. De esto que ven, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será  destruido. Los discípulos estaban hablando del templo. Preguntan Jesús: ¿Cuándo sucederá eso? Estaban preocupados por el final de los tiempos y la venida del Señor. La misma experiencia compartirán, años más tarde, los cristianos de la ciudad de Tesalónica que estaban muy preocupados y a quienes San Pablo os insta: trabajen en paz para ganarse su pan. Jesús les responde: no se dejen engañar. Y no responde con fecha exacta. No se dejen engañar. No nos dejemos engañar. No es el momento de hacer cálculos.  El Señor vendrá a su debido tiempo. A su tiempo. Mientras es tiempo…  Es tiempo de espera. La historia es el gran tiempo de Espera del Señor.

Es tiempo de…  discernir. Miren, no se dejen engañar. La venida del Señor es una gran espera. Esa espera es la historia que estamos construyendo: la historia social y la historia personal. En ella, en mi historia, en la historia del Reino de Dios, nuestra opción es escudriñar, buscar caminos, discernir para tratar de hacer los caminos de Dios en nuestra historia, sin dejarnos distraer: cuando oigan hablar de guerras y revoluciones,  …grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas y grandes señales del cielo, Sin terrores, con esperanza, con descernimiento.

Es tiempo de…  espera. Aunque haya crisis. Noticias que nos cuestionan, desafíos de nos interrogan. La espera, la esperanza es un núcleo central de la fe cristiana. Con el Señor Resucitado que viene esperamos el triunfo definitivo.

Es tiempo de…  testimonio. Les sucederá para que den testimonio. Tal vez sin persecución, es posible que con críticas, descrédito y no muy buena prensa. Es tiempo de ”estar ahí”, de hacer presencia, de torear la realidad y con clama, con seguridad, decir, testimoniar, la fe que nos anima. Porque hay cuestionamientos, porque no son suficientes las palabras, porque Cristo no tiene más que nuestros rostros humanos para hacer vislumbrar su Rostro Divino.

Es tiempo de…  la Palabra. No es tiempo de palabras. Pero no busques palabras. Porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. No busques palabras. Nos respondas con palabras. No busques palabras ni preares  argumentos, no te creas tu sabiduría, no reclames a los saberes de la ciencia,… La Palabra, con mayúscula, es la Respuesta.

Es tiempo de…  simplicidad, de humildad. De hacer la historia diaria con la gran espera de lo extraordinario que la historia de Dios nos depara. Con l humildad del papa  Francisco, que cuestiona y hacer temblar grandezas humanas sin cimiento o juicios sin el corazón de Dios. No es tiempos de sabidurías humanas seguras de sus fechas, cálculos o matemáticas. No es tiempo  de ociosidad; no es tiempo  de duda; no es tiempo de vacilación: no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.

Es tiempo de…  constancia.  No es tiempo fácil. No es el peor, No es ni mejor ni peor que los anteriores o que los que vendrán. Es nuestro tiempo, que aunque a muchos nos exige martirio, nos exige constancia.

Es tiempo de esperanza. ¡Que nos se  apague nuestra fe en esta espera¡ Saludos.

         P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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