5/28/2016

MINUTO DOMINICAL

“Hacer Eucaristía es hacer                 comunidad”                                   
29 de Mayo de 2016                          SOLEMNDAD CORPUS CRISTI                      Ciclo Dominical “C” –  San Lucas  9, 11-17

Este Domingo recogemos la fiesta tradicional del Corpus Christi, celebrada en otro tiempo el día jueves, veneración pública de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, fiesta y procesión popular que confesaba la fe de la permanecía de Cristo en el pan. Este domingo, en sus lecturas nos traslada a la los signos eucarísticos de la cena el Señor, el pan y el vino que Melquisedec ofrece a Abrám, la institución del Eucaristía en palabras de Pablo, primer texto neotestamentario que nos lo  trasmite y la  primera  la multiplicación en el evangelio de San Lucas.

Esta es la fiesta de la custodia. Tradicionalmente las procesiones eucarísticas se realizaban llevando el Cuerpo de Cristo en procesión por pueblos y ciudades, para afirmar, frente  a quienes negaban la presencia real de Cristo en la Eucaristía, su presencia permanente. Esta presencia es reafirmada en los cantos, las procesiones, la mirada devota, la inclinación, oración y adoración. Si la procesión nos mueve a la observación y la mirada, los textos bíblicos nos dirigen hacia el compartir, comer, alimentarse del Pan vivo que es Cristo, invitan a la comida y bebida a que llevan los signos naturales de la Eucaristía: El pan y el Vino.

Lucas lee este milagro de la multiplicación, para su comunidad, desde la experiencia Palestina de lo vivido por los 12. La muchedumbre necesita alimentarse. Están en un lugar desierto, apartados de los lugares habitados, a la intemperie,… necesitan cobijo, casa alimento,… y son los discípulos quienes deberían dárselo, según la insinuación del Maestro: “Denles de comer ustedes mismos”. Ellos, aunque son conscientes de la necesidad, se ven absolutamente incapaces de realizarlo. Por otra parte, esta comida, los constituye como comunidad, asamblea mesiánica que vive en el desierto como Israel en su tiempo, y  que es alimentada por el nuevo Moisés: Cristo el Señor. Son muchedumbre, no tienen más que cinco panes y dos pescados, es la pobreza de la comunidad de Lucas en al año 80, o nuestra pobreza cuando en el desierto de nuestro mundo, sin el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico nos enfrentamos a nuestra realidad. La respuesta la tiene el Maestro. Teniendo como mesa los nuevos pastos primaverales que brotan, los hace sentar en la gran mesa universal. El Maestro hace la bendición (eulogía) y el pan los hace comunidad en el alimento compartido.

Pablo, en uno de los primeros relatos de la Cena del Señor, (Cfr. 1 Cor 11, 23-26) nos invita a realizarla en su Nombre, en Nombre del Maestro, proclamando la resurrección y recreado la Comunidad en la Eucaristía. A principios del siglo IV, el culto cristiano estaba todavía prohibido por las autoridades imperiales. Algunos cristianos del Norte de África, que se sentían en la obligación de celebrar el Día del Señor, la Eucaristía Dominical, desafiaron la prohibición. Fueron martirizados mientras declaraban que no les era posible vivir sin la Eucaristía, alimento del Señor, porque la Eucaristía nos hace comunidad y la comunidad reunida hace la Eucaristía. Que este Domingo no falte en su vida la Eucaristía en su comunidad y el alimento del Corpus Christi. Saludos.

      P. Esteban Merino Gómez, sdb


No hay comentarios: