“Levantarse” 05
de junio de 2016 –
10° Domingo Ordinario
Ciclo Dominical “C” – San Lucas 7, 11-17
Retomamos los domingos del Tiempo Ordinario que
habíamos dejado el 7 de febrero, quinto domingo durante el año. Retomamos
nuestro evangelista guía de este año que es San Lucas en este 10° Domingo del
Ciclo C.
¡Levantarse¡ ¡Lo que cuesta levantarse¡ Cada uno de nosotros podemos recordar lo que
nos ha costado levantarnos. Nos cuesta levantarnos, como a la viuda de Naím, de
la muerte de un ser querido, de la muerte de un hijo, de la muerte de un
familiar o un amigo. Nos cuesta levantarnos de un dolor de muerte, de una gran
desaparición, de un corte definitivo en nuestras vidas, de una congoja que nos
roe al no lograr entender esta separación definitiva que la muerte nos produce
cuando parte alguien que está tan profundamente enraizado en nuestro corazón en
nuestra alma. ¡Cuesta
levantarse¡
¡Cuesta levantarse¡ Cuando se rompe la vida de pareja, cuando fracasamos en nuestras
aspiraciones profesionales, cuando no tenemos
un trabajo digno, o no tenemos trabajo, para responder a una calidad de
vida que exige la dignidad humana. ¡Cuesta levantarse¡ Cuando no somos
correspondidos en el amor, o vivimos el engaño o la infidelidad, cuando los
hijos no responden a las esperanzas en ellos depositadas; ¡Cuesta levantarse¡ cuando los
medios materiales y económicos no son
los suficientes por la situación del país, o por las injusticias de su
distribución o por el rechazo por la edad, por la condición de la persona, por
su origen, raza o nacionalidad. ¡Cuesta levantarse¡ cuando, como migrante, has
dejado tu tierra, o tu región, en busca
de nuevos espacios, para desarrollarte humana y
laboralmente. ¡Cuesta levantarse¡
Pero
el Maestro, se acerca a tu vida, a mi vida, a su vida, mientras susurra a la
madre de este joven: “No llores”, Y
luego poniendo su mano en el féretro pronuncia
la palabra eficaz que da vida: “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”. El muerto se
incorporó y empezó a hablar. ¡Levántate¡.
¡Levantarse¡
Es una palabra, una experiencia de los cristianos y en primer lugar del
Maestro, pues con estas mismas palabras
se nos relata la resurrección de Cristo, la resurrección del Maestro: Dios lo
levanto de entre los muertos (Hech 13, 30) Por eso Dios lo levantó liberándolo
de la atadura de la muerte (Hech 2, 24)
Y el Maestro ayuda a levantarse, tiende la mano para levantarse, invita y
desafía a levantarse. “Yo te lo ordeno, levántate” Levantarse es
resucitar. Cada
vez que nos levantamos somos más fieles a
la resurrección de Cristo y a la vez nos encaminamos a nuestra propia
resurrección.
Levantarse es volver a llenar la vida de esperanza a pesar de la muerte. Levantarse es volver a amar a
pesar de las infidelidades. Levantarse es volver a comprometerse a pesar de las caídas. Levantarse es
volver a perdonar a pesar de la ofensa. Levantarse es
volver a comenzar a pesar de la caída. Levantarse es volver a empezar la vida nueva
que recomienza desde hoy. Levantarse con las palabras del Maestro que
esta a tu lado tocando el féretro, tocando la muerte, tocando tus dolores,
nuestros dolores y tristezas, y pronunciando el grito de vida de quien también,
y primero que nosotros, se ha levantado y ha vencido a la muerte: “Yo te lo
ordeno, levántate” Levantarse es el desafío de cada creyente, cada
mañana, porque hoy es el día de la resurrección de cada uno. Saludos.
P.
Esteban Merino Gómez, sdb

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