8/22/2015

MINUTO DOMINICAL

              “¿Por qué se van?”                                                                                               
23 de Agosto de 2015 – Domingo 21° del Tiempo Ordinario –   
Evangelio de San Juan 6, 60-69
La discusión sobre el pan continúa.  Así habló Jesús en Cafarnaún enseñando en la sinagoga. Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: "¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?" Mucha gente que lo escuchó se alejó del Maestro y se fue. Y, como dice san Juan, muchos que eran discípulos. La dureza del lenguaje, o m as bien el contenido y la enseñanza de Jesús es lo que aleja a algunos discípulos. Lo que hoy como  ayer  asusta y echa para atrás es la enseñanza y las exigencias que el Maestro propone claramente y sin ocultar nada. Por  eso mismo el discípulo tiene  que ser, a su vez, claro y exigirse para seguirlo. La propuesta del Maestro no es ni más  ni menos exigente que en otro tiempo, es la misma, tiene las mismas tareas y consecuencias ser cristiano. Sus palabras  como las palaras de la Iglesia  a algunos les resultan duras, exigentes, tajantes, y es que no se puede suaviza o condescender en lo que el Maestro propone para seguirlo. En esta  tarea sólo hay una ruta: la suya.
Y la fuga y rechazo es inmediata. ¿Esto los escandaliza?. El escándalo fácil y superficial muestra una actitud débil en la cogida y seguimiento. Le  achaco a la enseñanza del Maestro la razón para no seguirlo. Le achaco a la Iglesia o a los pastores su modo de hablar, que son anticuados, que han actuado mal en su conducta personal, que la iglesia no se renueva y cambia, que…. que…, para no acoger, para  rechazar su enseñanza, para asumir  mi propio criterio y recabar las disculpar para no asumir y vivir la propuesta de la Buen Nueva del Maestro aunque me diga cristiano, católico. Frente a esta actitud  muchos hermanos y hermanas se esfuerzan para hacer de su vida un discipulado verdadero y escuchar y responder a la llamada del Maestro, en nuestro  tiempo, en nuestra  sociedad, en nuestra historia. El pueblo respondió: "Por ningún motivo abandonaremos a Dios para servir a otros dioses, ..    (Cfr. Jos  24, 21: primera lectura de este domingo)...y siguieron al Señor.
En esta respuesta en el seguimiento o en el abandono del Maestro se juega nuestra fe. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién lo iba a entregar. De esa forma muchos abandonamos nuestro camino, olvidamos las palabras de la Buena Nueva de Jesús, olvidamos nuestros compromisos iniciales, nuestro bautismo, dejamos de lado las actitudes y acciones propias de un cristiano, olvidamos la vida de comunidad, posponemos el encuentro con Dios y la celebración dominical,… y la fe acogida en un momento la rechazamos conscientemente o lentamente la olvidamos y la arrinconamos fuera e nuestra vida. Eso nos sucede en la vida personas, en la vida de pareja (como nos recuerda San Pablo en la carta a los Efesios 5, 21-33, segunda lectura de hoy) en la familia, en el trabajo, en nuestra presencia en la sociedad.
Y hasta los más cercanos y comprometidos se hace, ayer y hoy la pregunta, y en ocasiones se van. : "¿Quieren marcharse también ustedes?" Responda. No puede quedarse callad@   o decir que no ha escuchado la pregunta. "¿Quieren marcharse también ustedes?”. La pregunta está en el aire. ¿Por qué se va? ¿Por qué se van muchos hermanos?. ¿Por qué me quedo? ¿Por qué quiero seguir al Maestro Jesús? Los discípulos entendieron que no podían quedarse callados, que la pregunta exigía una respuesta y alguno lo hizo y respondió: Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.  69 Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.".  Otros permanecieron callados. ¿Cuál será su respuesta?. No me lo diga  a mí dígaselo al Señor. Saludos.
 Padre. Esteban Merino Gómez, sdb.

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