MINUTO
DOMINICAL
“¡Los dos amores¡”
26
de Octubre de
2014.
- 30° Domingo Ordinario – Ciclo A - Evangelio de San Mateo 22, 34-40
Como en la disyuntiva entre Dios y
César, que el domingo pasado colocaban los saduceos a Jesús, toman la
alternativa los fariseos y entran también en la estrategia de las pruebas o
desafíos: Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trató de
ponerlo a prueba con esta pregunta:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?". ¡Qué judío no conocía los mandamientos de la ley¡
¡Cuántas interpretaciones y comentarios habrá escuchado el Maestro sobre el
tema¡ La misma respuesta del Maestro es conocida
de memoria por todo judío: Shema Israel… Escucha, Israel: El Señor, es nuestro
Dios, es único. Y tú amarás a tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. (Dt 6, 4-5) …No
te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a
tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy el Señor. (Lv 19, 18) Los dos amores, Dios y la comunidad, el prójimo, son parte del mismo
corazón de Dios y del mismo corazón del creyente.
Dios en tu
corazón: es el primer amor de los creyentes, la primera referencia, la primera
señalética, señal ética, de los creyentes: DIOS EN MI VIDA. ¡Vivir con Dios en
el corazón¡ Es referencia de sentidos, de juicios y descernimiento, de óptica
evangélica y ética, de forma de relacionarse, de visión de sociedad,… El
prójimo en tu corazón como nos expresa la primera comunidad: Todos los que
habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes
y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades
de cada uno. (Hech 2, 44-45). EL PRÓJIMO EN MI VIDA.
Los dos amores de los creyentes:
DIOS EN MI VIDA. Dios, el respeto de su nombre
y la fidelidad a su palabra y su día a él consagrado. Porque está en mi vida le
ofrezco un tiempo, un espacio, una actividad que comparto su nombre con toda la
comunidad de discípulos de la que me
siento parte. EL PRÓJIMO EN MI VIDA: "En
verdad les digo: siempre que lo hicieron con alguno de estos más pequeños,
ustedes lo hicieron conmigo." (Mt 25, 45) Y todos los mandamientos: el
amor a los padres, valoración de la vida, la justicia, la fidelidad en la vida
de pareja, la verdad, el respeto de los bienes de los demás, al justicia
social, el respeto de la dignidad de los otros, vivir de forma austera y no
dominado por los deseo compulsivo de tener y consumir, etc… ¡Vivir con la
preocupación por los demás en mi corazón¡. No hay disyuntiva ni oposición ni
competencia entre los mandamientos: su resumen es sencillo.
Nos lo clarificó el Maestro: Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este
es el gran mandamiento, el primero. Pero
hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. ¡Los dos amores del discípulo: Dios y el
prójimo¡ Saludos.
P. Esteban
Merino Gómez, sdb.
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