MINUTO
DOMINICAL
“Confianza, esperanza y exigencia”
“Confianza, esperanza y exigencia”
11
de Agosto de 2013. Domingo 19° Tiempo
Ordinario. Ciclo C – Evangelio de San Lucas 12, 32-48
El Maestro nos hablaba con confianza: No temas, pequeño rebaño, porque a su Padre le ha parecido bien darles el
Reino. Y así nos sentíamos con
Él. Como el pequeño rebaño, con Él como pastor, que iba delante de nosotros
cada día. Lucas, cuando relata nuestro camino con Él destaca, en este capítulo,
importantes temas que el Maestro nos conversaba por esos días: el discípulo y
la riqueza, la providencia y cuidado que Dios tiene de nosotros,..
En la Comunidad
de Lucas en el año 70, como pasa hoy día entre nosotros, algunos que han acogido
con entusiasmo el anuncio evangélico, luego, de frente a las dificultades
presentes y a los empeños consiguientes, comienzan a retomar las viejas
costumbres y piensan volverse atrás,
volver a su vida pagana o vivir la fe a su manera, centrados en sus
cosas, en su negocios y muy poco preocupados de su vida cristiana. Con todos
esos negocios se están olvidando de ser discípulos de Jesús. El Maestro nos
pregunta y nos invita: donde esté tu tesoro, allí estará también
tu corazón. Porque es el tiempo
de la espera, el tiempo de la tarea donde hay que empeñarse y dedicarse con
exigencia teniendo ceñida la cintura y las lámparas encendidas,
como hombres que esperan a que su señor vuelva.
Como el momento de su venida es desconocido e imprevisible nuestra tarea no
es hacer cálculos sobre el cuándo sino tener una actitud permanente de vida para
que cuando venga nos encuentre listos porque nuestra norma de conducta y de
vida es, de forma permanente, de espera del Señor. Dichosos los siervos a quienes el señor, al
venir, encuentre despiertos. ¡Estar despiertos¡ ¡Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos¡. Estar en vigilia.
Vigilantes. Conscientes de la tarea de vivir la fe en estos tiempos. No dejando
que la hora del ladrón, nos pille sin
preparación.
Esto es para todos. Pedro pregunta: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» Y
el Maestro, para él, y para todos los siervos nos deja la misma tarea: esperar
con una vida comprometida, como siervos fieles. Siervo que,… no ha preparado nada ni ha obrado
conforme a su voluntad,… …a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a
quien se confió mucho, se le pedirá más. El gran tesoro y a gran
administrador de la que somos responsables es nuestra propia vida. Ella la
administramos, los discípulos y discípulas, según el gran libro de economía del
Evangelio, en el que la quiebra, es nuestro fracaso de vida y el castigo severo
por no haber rendido responsablemente como administradores de nuestra propia
historia personal.
Pequeño rebaño. A quien se
confió mucho, se le pedirá más. Ese
es nuestro desafío: no dormirnos en la historia, en nuestra historia personal y comunitaria. Es nuestro momento: confianza, esperanza y exigencia. El Señor
está en camino. Saludos.

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