8/24/2013

MINUTO DOMINICAl




 “¡Puertas abiertas¡”

25 de Agosto de 2013.  Domingo 21° Tiempo Ordinario.      
Ciclo C –  Evangelio de San Lucas 13, 22-30

¡La puerta está abierta, podemos entrar¡ El Maestro nos invitó: traten de entrar,… pero, ¿Dónde queremos entrar? ¿A qué espectáculo, ocasión, o lugar, .. tratamos de entrar? ¿Estamos interesados o preocupados por entrar? Vendrán muchos de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. La invitación es masiva y los reunidos una muchedumbre de todos los pueblos. Es una convocatoria universal y el evento es el Reino de Dios, es decir, su gran proyecto para la historia y para toda la humanidad.

¡La puerta está abierta¡ Pero solamente está abierta un tiempo limitado. Luego se cerrará. Traten de entrar por la puerta estrecha, porque, les aseguro que  muchos querrán  entrar y no lo conseguirán. La puerta aparece como “estrecha”. Es la primera característica de esta puerta y a la vez su dificultad: muchos pretenderán entrar y no podrán. La dificultad es porque mucha gente trata de entra  a la vez? O tal vez porque muchos no estamos haciendo un verdadero esfuerzo para poder entrar? Querer entrar no parece un interés real cuando el esfuerzo correspondiente para lograrlo no se hace efectivo y concreto.

El tiempo en el que la puerta estará abierta lo determina el dueño de casa. Lo asombroso es que hay muchos interesados de todos los puntos cardinales, lo que muestra la universalidad de la invitación de Dios y de su salvación, y que están interesados en entrar. Los que protestan por no haber encontrado la puerta abierta parecen de los nuestros y se pondrán a golpear la puerta, enojados porque no los hayan esperado y presentan sus supuestos derechos que le validarían su estrada a cualquier hora: Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas. Confiesan que han escuchados sus palabras y que han compartido su mesa. Pero no parece suficiente. El rechazo está centrado en su conducta: ¡Apártense de    todos los que hacen el mal! Las actitudes de cercanía y amistad, de conocerlo y haberle escuchado tienen que ratificarse en la vida que llevamos. De los contrario el Señor no nos reconoce y los extraños, los lejanos, los últimos, estarán antes que nosotros en el Reino de Dios.

¡La puerta está abierta¡  La puerta de la fe (cf. Hch 14, 27).. … está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral… cuando la persona se decide, de forma adulta a dar el paso en el camino de la Fe.  Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste camino, es o debe ser mi camino, mi opción, mi decisión, que empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que hemos iniciado, o nos han iniciado en esta apuesta de ser creyentes. Parafraseando, intencionalmente, la Carta Apostólica Porta Fidei,  cruzar esta puerta y emprender mi camino supone un estilo particular y propio, como discípulo, para hacer de este camino mi propia opción de vida. No es suficiente haber comido y bebido contigo,…   …hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos. Haber sido llamados los primeros y llegar los últimos, no es cosa de número, de saber ¿Son pocos los que se salvan? sino de decidirse a tomar en serio el camino en el que me han iniciado, o a iniciar, personalmente, el camino que se me propone.

¿Son pocos los que se salvan? Jesús no responde al planteamiento numérico sino que plantea una propuesta concreta y exigente: traten de entrar por la puerta estrecha. ¡Puertas abiertas¡  ¿Se decide a entra?.  Saludos.



         P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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