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“¡ Con insistencia ¡”
28
de Julio de 2013. Domingo 17° Tiempo
Ordinario. Ciclo C – Evangelio de San
Lucas 11, 1-13
Un día Jesús estaba orando… la
oración es una relación viviente y
personal con Dios vivo y verdadero. Un impulso del corazón, una sencilla mirada
lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro
de la prueba como en la alegría (Santa Teresa del Niño Jesús) “La oración es la
elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San
Juan Damasceno) ..Jesús estaba orando… ...cuando terminó uno de sus discípulos le
dijo: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó
Juan a sus discípulos.»
Jesús
ora. Este ejercicio de Jesús motiva y mueve a orar. Sus discípulos quieren
aprender. La oración es adoración y bendición, es alabanza, es acción de
gracias, es petición, es súplica de perdón,… es comunicación de la vida con
Dios, como hace Jesús. Oración que se
hace palabras, o silencio, o lectura meditada y rumiada de la Palabra de Dios,
o canto alegre de acción de gracias, o recuerdo mental, delante de Dios, de una
preocupación o situación que me
intranquiliza, es meditación y silencio, contemplación y mirada hacia Dios.
Como decía San Agustín: tu deseo es tu oración. Hasta nuestro deseo, si
es bueno, es una oración. Por eso que orar no es una tarea ocasional sino que
se puede hacer casi de forma habitual.
Jesús
enseña a orar con su actitud y enseña
una oración concreta: EL PADRE NUESTRO, que dicen los cristianos de la
antigüedad que “es
el resumen de todo el Evangelio”. Tan
habitual debía ser la oración de Jesús y no solo una actividad ocasional, como
hoy se nos relata, que las palabras y comparaciones con que la refuerza destacan
la necesidad de la constancia y de la insistencia. La inoportuna llamada
nocturna ilustra la necesidad e insistencia en la oración. Les aseguro que si no se
levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que deje de molestarle y
le dará cuanto necesite. Como es
la necesaria comunicación con Dios, con palabras, silencios, gestos,.. ..debe ser constante: Pidan
y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que
pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán.
La fuente de esta seguridad está en el Padre Dios
que como un padre humano da siempre lo mejor. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez,
en lugar de un pescado le da una serpiente;
o, si pide un huevo, le da un escorpión? De un pescado y unos
huevos para comer a una serpiente o peligroso escorpión es obvio dónde está lo
bueno. Si eso lo hace alguien que es, o puede ser malo, malo, cuando más hará
por nosotros Dios que es bueno. El Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan.
Pidan y se les dará;
busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Dios no apaga nunca su celular. Su permanente actitud para escucharnos
mantiene su número siempre abierto. Saludos.
P.
Esteban Merino Gómez, sdb.
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