21
de Julio de 2013. Domingo 16° Tiempo
Ordinario. Ciclo C –
Evangelio
de San Lucas 10, 38-42
Me llamo María. El Maestro vino a mi casa. Encuentro que jamás
había soñado. No podía dejar para esta ocasión. Entré en mi tienda Él entró
conmigo, en la tienda o refugio del corazón. Fui apagando todas las luces, los
brillos y reflejos del exterior. Una sola vela estaba encendida: el Maestro hablaba.
Así como la llama saca de la cera su vida y la hace luz,… …deje que la llama
tomase vida, y fuera creciendo, poco a
poco, hasta ser luz. LA LUZ ESTABA FRENTE A MI. María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Hice silencio. Dejé de lado todas las actividades
que, a primera vista, me urgían, y que distraían a mi hermana: Marta estaba
atareada en muchos quehaceres. La dejé en sus cosas que la absorbían y que,
en el momento, no le dejaban abrir su tienda a la escucha del maestro. Entrando
en mi corazón, cerré mis ojos, y pedí el don del Espíritu para que abriera mi
mente para escuchar comprendiendo y abriera mi corazón para contemplar orando.
Las palabras del Maestro
resonaban en mi tienda, en mi casa, en mi interior. Me incliné hasta el suelo, diciendo: “Señor
mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu
servidor” (Cfr. Gn 18, 2-3) El Maestro no pasó de largo. En mi
silencio me
leyó mi vida mientras yo compartía la suya: mis inquietudes, lo que
me agita, mis dolores y sufrimientos, mis penas, mis esperanzas, y fue
comprendido sus palabras: una sola cosa es necesaria.
Me explicó y ayudó a la comprensión de la escritura, de su Palabra (Cfr.
Lc 24, 25) y en el silencio fui entrando en sintonía con Él.
Y ¿Y qué me dijo su voz? En aquel momento pasó el Señor,.. .Se
oyó un sonido suave a la entrada… ¿Qué haces ahí Elías? (Cfr. 1 Re19, 11-13). El Señor me preguntó: ¿Qué
dices tú de mi palabra? ¿Qué dice tu vida de Mí? Sentado en mi tienda frente al
Señor, con la Luz de su Palabra iluminándome: revisé mi vida, mis caminos, mi
compromiso, mi respuesta como discípul@,.. mi situación y estilo de vida.
¿Y qué le respondo? ¿Qué
le digo al Señor que está en mi tienda, en mi casa?. ¿Qué me pide y que me
propone el Señor?. Incliné mi cabeza. Medité un tiempo. ¿Qué le puedo decir?. Señor, Tú me conoces y me sondeas, me conoces cuando me
siento y cuando me levando,.. ..Tú conoces todos mis caminos. ¡Señor, me cuesta darme un tiempo
para escucharte, para escuchar tu palabra, para escuchar con el corazón lo que
Tú quieres y esperas de mí. Soy Marta: Marta estaba atareada en muchos quehaceres. No
tengo tiempo para ti, ni en la semana, ni los domingos,.. …tengo mucho trabajo y
muchas preocupaciones, mi familia, mis hijos, mis…
María ha elegido la mejor parte, que no
le será quitada. Y aunque es la
mejor parte cuánto me cuesta elegirla. ¡Cuánto me cuesta darme un tiempo y
darte un tiempo¡ ¡Tú y yo solos en mi tienda, en mi casa, que es mi persona y
mi vida. ¡Señor no dejes de pasar y quedarte, con frecuencia, en m tienda en mi
casa, aunque me veas muy ataread@ con mis cosas¡ ¡Gracias, Señor, por venir a
mi casa¡
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