7/13/2013

Minuto Dominical




 “¡Mi prójimo¡”

14 de Julio de 2013.  Domingo 15° Tiempo Ordinario. Ciclo C - Evangelio de San Lucas 10, 25-37

Loable es la preocupación y la pegunta del doctor de la ley, como la preocupación habitualmente sincera de muchos cristianos,  por ganar la vida eterna y encontrar el camino para lograrlo, aunque la intención y el posterior esfuerzo de vida no siempre sea acorde con el contenido de la importante pregunta formulada. Se levantó un legista y dijo, para ponerle a prueba. El Legista, doctor de la ley, conocía la respuesta, Jesús también, y le responde con las primeras palabras del Shema Israel: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y añade algo nuevo que será distintivo de los discípulos de Jesús: y a tu prójimo como a ti mismoLa respuesta es correcta, como cabía esperarse de un maestro de la ley. Pero no satisfecho con su intervención, parece que su interés está centrado en hacer notar sus conocimientos y saberes insiste con una pregunta nueva: «Y ¿quién es mi prójimo?» Domina más el saber que el vivir, más la teoría que la práctica en la vida concreta.

            La parábola o comparación del buen samaritano coloca en el tiempo y espacio la enseñanza de Jesús. Solamente San Lucas nos la narra y enfrenta a los diversos prototipos de vivencia de la fe del tiempo de Jesús: Quien hace a pregunta es el Doctor, conocedor, perito. Quien está tirado en el suelo, golpeado, medio muerto: no tiene nombre. Es un hombre. Quienes pasan a su lado son: Un sacerdote dedicado al culto del tempo, un levita que ayudaban en el mismo culto, y un samaritano. El samaritano es un hereje, un separado y alejado del templo de Jerusalén. Unos conocen, tienen función religiosa,… y  pasan de largo. El samaritano realiza varias acciones: al verle tuvo compasión. Acercándose,.. La capacidad de ver y la sensibilidad le acercan al necesitad. Luego actúa: vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le montó luego sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.  Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciendo: `Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva. ¡Mira y ve¡ ¡Se acerca¡ ¡Actúa¡ ¡Organiza la solidaridad de cara al futuro¡.  La respuesta no es teórica, y no se conforma con saber o no, sino que es práctica, vital, misericordiosa y activa.

Jesús pone el hecho a  consideración de quien lo había interrogado: ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» Nuevamente el doctor, conocedor y perito en su campo, responde adecuadamente. Y nuevamente el Maestro, da un ejemplo de realismo práctico y vital: «Vete y haz tú lo mismo.». Porque no basta con saber si este conocimiento de Dios, si este culto dado  Dios, no es, simultáneamente, servicio samaritano al hermano.

Habitualmente, sabemos lo que debemos hacer y vivir, pero no nos empeñamos en ello y en muchas ocasiones damos un rodeo para no ver, no encontramos y no responder a las necesidades de los hermanos. Cristo no tiene manos, hoy solamente tiene nuestras manos. Saludos.
    


                                                               P. Esteban Merino Gómez, sdb.

No hay comentarios: