6/15/2013



img_2500_ch[1]MINUTO DOMINICAL
 “¿Ves a esta mujer?”

img_2500_ch[1]16 de Junio de 2013.  Domingo 11° Tiempo Ordinario. Ciclo C - Evangelio de San Lucas 7, 36—8,3

¿Ves a esta mujer? La pregunta de Jesús sobre esta intrusa, de mala fama, que ha irrumpido en medio de la cena ofrecida por  Simón, el fariseo, debió de sorprender e inquietar a todos los convidados. ¡Todos la conocemos¡: una mujer pecadora pública de la ciudad,.. …es una pecadora.  Pero no tiene  nombre, no tiene rostro, es un prototipo de conducta reprobada: pecadora pública de la ciudad. Irrelevante por su nombre, por su identidad, pero conocida por todos. Es una sombra. Un pecado que camina por la calles, una afrenta  a la gente de bien. ¡Todos sabemos muy bien quién es¡. Lo sorprendente es la actitud del Maestro frente a los gestos, de acogida y aprecio, que hace la mujer con él: llevó un frasco de alabastro de perfume y, poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. ¿Por qué esos gestos con el Maestro? La mujer sin rosto, sin nombre; la sombra que camina con su cabeza cubierta, escondida,  por la ciudad, tiene rostro, lágrimas, se humilla lavando los pies del Maestro y los perfuma. Ha sido invisibilizada en la ciudad. Ha sido siempre marginada.
Si la conducta de la mujer es sorprendente la del maestro es impactante. Es un invitado, juzga el pensamiento del fariseo y se atreve a juzgar, con claridad meridiana, al dueño de casa: Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» En una palabra, me honra más que tú, Simón; ha cumplido conmigo las normas de acogida y hospitalidad.
Esta situación le ha valido al Maestro críticas duras de gente importante: “Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: "¿Cómo es que  ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con  personas malas?"  (Lc 5, 30) O el juicio que hacen del Maestro en los versículos que anteceden a la lectura que hoy comentamos: “Luego vino el Hijo  del Hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un  borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores”. (Lc 7, 34). Estas constantes críticas dan origen a una respuesta contundente en el gran capítulo de la misericordia y de la alegría: Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús  para escucharle.  Por esto los fariseos y los maestros de la Ley lo criticaban entre sí: "Este hombre da buena acogida a los pecadores y come con ellos."  (Lc 15, 1-2). Es lo que está sucediendo en casa de Simón y escandaliza a todos. Es la novedad de la presencia  de Jesús. Para él los empecatados, los publicanos, los enfermos,.. no son invisibles y aprovecha, toda ocasión para rehabilitarlos y en una actitud claramente contracultural y contra el sentir común de su tiempo, revalorizarlos y mostrar, sin tapujos ni vergüenza, que es amigo de publicanos y pecadores, aunque sean mujeres.  Come con ellos y los hace visibles, porque son visibles y privilegiados de Dios. Y esta actitud crea en cada uno de los marginados un germen de amor que cambia su vida,  Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» y al sentirse amados, cambia su conducta.
¿Ves a esta mujer? No olvidemos, posterguemos o invisibilicemos a quienes nuestra sociedad marca por sus pecados, lacras o pobrezas. Solo el amor y la acogida los valoriza y los mueve al cambio y la conversión. La actitud del Maestro es normativa práctica que nos desafía. Saludos.



                                                                                         P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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