3/01/2013



 MINUTO DOMINICAL
“Es la hora de los peregrinos”

03 de Marzo de 2013.  3° Domingo de Cuaresma. Ciclo Anual  “C”   -   Evangelio de San Lucas 13, 1- 9

  Tenemos cuarenta días.  Llegaron contándole a Jesús las impactantes noticias  de la semana: los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios, el recuerdo del terremoto del 27 de febrero, y todos los muertos y desaparecidos por el terremoto y maremoto, las elecciones en Italia, la dimisión del papa Benedicto XVI, que se ha retirado a Castel Gandolfo como peregrino que camina al encuentro definitivo de Dios,… las críticas a la iglesia y a algunos cardenales, que algunos opinan, que no deberían ir al cónclave, ...  y Jesús hizo referencia a otra noticia de su tiempo:  O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿piensan que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?

 El Maestro ubica los acontecimientos y los convierte en un hecho de vida: ¿Eran estas personas peores que las demás de su tiempo, de su ciudad, de su profesión,… de su contexto cercano? El discernimiento y la iluminación de los hechos la realiza el Maestro con una pregunta: ¿piensan que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?  No, se lo aseguro; y si no se convierten, todos perecerán del mismo modo. No eran peores que los demás; ni más pecadores; ni merecedores de ningún castigo especial aunque hayan sufrido el error humano o la fuerza de la naturaleza. Todos, como ellos, somos peregrinos como dijo el papa emérito Benedicto, fieles, obispos, cardenales, religiosos y religiosas, laicos, adultos, jóvenes, niños,… necesitados de conversión.

            Los que caminábamos con Él quedamos callados por su dureza y exigencia. Nosotros, los peregrinos, caminantes que tratamos de seguirlo por los caminos seguimos escuchándolo. Con una parábola sencilla iluminó sus dichos. La clave es dar frutos. Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. La conversión y los frutos que se espera de quien ha optado por la vida nueva como seguidor de Jesús. El hombre, el viñador, el trabajador de la viña, fue el intercesor  que  logra del Maestro más Tiempo: Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto.
Y tenemos un año más, un tiempo más, una oportunidad más, una posibilidad nueva. Es nuestra hora, la hora de los peregrinos. La hora de los discípulos, de cambiar, de convertirnos, de dar frutos. La higuera de la Iglesia universal; la higuera de mi iglesia diocesana; la higuera de mi comunidad parroquial; la higuera de mi persona;… tiene, tenemos, un desafío a tiempo límite: Señor, déjala por este año….  .. y si no da, la cortas.
Es nuestra hora. Es mi hora. Es la hora de los peregrinos, de dar fruto, antes que el Señor venga de nuevo a buscarlo. Tenemos cuarenta días.  Saludos.


P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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