“Candidatos
y seguidores”
26 de junio de 2016 –
13° Domingo Ordinario
Ciclo Dominical “C”
– San
Lucas 9, 51-62
El Maestro va camino
a Jerusalén consciente de la meta hacia la que se dirige y de las exigencias
que ello le implicará. Y no solo el punto final, Jerusalén, es difícil y
conflictivo. También lo es la tierra que atraviesan, que tiene profundas diferencias
con ellos por el hecho de ser judíos. En una tierra dividida entre judíos,
samaritanos, romanos, fariseos, saduceos, clase sacerdotal, sicarios, la pobre
gente de la tierra, los pecadores públicos
y gente de mala vida,… , casi como hoy. El Maestro y sus discípulos,
como candidatos, tienen más rechazo que aprobación. Pero siguen su camino.
Santiago y Juan insinúan una drástica y violenta solución a la negativa
samarita de recibirlos al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres
que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»
Su método de
evangelización, bastante coercitivo, es rechazado por el Maestro que tiene otra visión y otra metodología.
Acepta el rechazo; propone seguir el camino y comenzar de nuevo la siguiente
aldea: volviéndose, les reprendió; y se fueron a
otro pueblo. No se agotarán las ciudades de Judá donde poder
anunciar la Buena Nueva.
En
el camino varios candidatos se ofrecen y otros son llamados por el Maestro. Tenemos tres
candidatos al discipulado: El primero
(9,57) y el tercer candidato (9,61) se presentan espontáneamente a
Jesús. «Te seguiré adondequiera
que vayas.» … «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi
casa.» La propuesta condicionada de seguir al Maestro
aparece como poco sincera supeditada a una disculpa previa que la hace
inviable. Parece sólo para la galería pues en sí misma es una postergación,
cuando menos, de la respuesta, o una negativa, sin tiempo concreto de respuesta
definitiva. ¡Cuánto esté disponible, cuando pueda¡ El tercer candidato no toma
la iniciativa sino que es llamado por el Maestro.
A otro dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.» El llamado no es atendido y sigue su vida. Las
condiciones para seguir a Jesús. Estas son: (1) Abandonar todo. (2)
Privilegiar la evangelización. (3) Mirar siempre hacia delante.
Por
tanto, seguir a Jesús exige: Disponibilidad
para vivir en la inseguridad: “No tener nada, no llevar nada”. El discípulo
lo mismo que Jesús, no puede programar, organizar la propia vida según
criterios de exigencias personales. Disponibilidad para vivir en la
inseguridad: “No tener nada, no llevar nada”. El discípulo lo mismo que
Jesús, no puede programar, organizar la propia vida según criterios de
exigencias personales. Ruptura con el pasado. Es necesario que los
nuevos discípulos miren adelante, que anuncien el Reino, para que desaparezca
el pasado y viva el proyecto de Jesús. Decisión irrevocable. Nada de
vacilaciones, nada de componendas, ninguna concesión a las añoranzas y
recuerdos del pasado, el compromiso es total, definitivo, la elección irrevocable.
Sigue siendo la
misma exigencia para los discípulos, para los candidatos de hoy día. ¿Qué
razones ponemos hoy las personas para no seguir a Jesús? ¿Te parecen válidas? ¿Cuáles
son los grandes obstáculos con que se encuentra hoy la persona que quiera
seguir a Jesús?. ¡Para ser
candidato a concejal o a alcalde se
exige muchos más¡. Ud, ¿se queda solamente en candidato o quiere ser discípulo
seguidor de verdad?. Saludos
P. Esteban Merino Gómez, sdb

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