“Cuaresma: tiempo para renovar la Fe”
14 de
Febrero de 2016 – 1er Domingo de Cuaresma -
Ciclo
Dominical “C” – Evangelio de San Lucas
4, 1-13
La Cuaresma es una “cuenta atrás”, ya que no es ella, la cuaresma,
la importante en sí misma, sino aquello a lo que nos prepara y dispone: la
Pascua, como decimos en el Prefacio I cuaresmal: Porque concedes generosamente a tus fieles
disponerse a la celebración de la Pascua con un corazón purificado. Esta es la meta y objetivo: vivir en profundidad
la Pascua, centro del misterio cristiano y renovar nuestro bautismo, como
opción y decisión de fe.
En este primer domingo, siguiendo a
San Lucas, la fe, confesada en la palabra y en la vida, celebrada como
salvación, vivida como discipulado, es el tema central. El Pueblo de Israel
confiesa y celebra su fe. (Lectura del Deuteronomio) Su fe es su historia como
pueblo y su camino se ha constituido en su credo en la experiencia de caminar
con el Señor, o de alejarse y vivir el exilio, en el pecado, el sufrimiento y
vivir el Pesaj, la Pascua, la salida, de Egipto con la mano fuerte del Señor
que los ha sacado y salvado. Y su credo es su experiencia vivida con Dios. "Mi padre
fue un arameo errante, que bajó a Egipto, ..Los egipcios nos maltrataron y nos
oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor,
Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, ..El Señor nos sacó de
Egipto con mano fuerte y brazo extendido, ..Nos introdujo en este lugar, y nos
dio esta tierra, ..Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del
suelo que tú, Señor, me has dado". ¿Cuál es mi historia
de fe?¿Quién soy, desde la fe, desde mi bautismo, como discípulo? ¿De dónde me
ha sacado el Señor?
Como nos dice Pablo la
Fe es confesar, creer, invocar, vivir en coherencia con la predicación,
kerigma, del misterio cristiano. Tres pasos o ingredientes de la fe: confesarla con
los labios: conocerla, profundizarla y proclamarla; recitarla,
comunicarla; hacerla palabra escuchando La Palabra, Cristo, y comunicándola,
con mi palabra. Creerla
con el corazón: centro del ser de la persona, desde donde sale toda
decisión de vida; lugar donde decido mis actuaciones en consonancia con el
mensaje creído y confesado de palabra; donde se viven las actitudes y se hace
efectiva la fe en las acciones como respuesta y confesión de vida. Hacerla
confesión de la alabanza e invocación: oración de alabanza, de agradecimiento
por la salvación recibida, de perdón por las faltas, de súplica en las
necesidades.
La fe que me desafía
cada día a contrastar, a confesar, a verificar, (exomologuesis) a mostrar en
qué creo, en las actitudes, en las crisis, como el Maestro lo vivió en las
tentaciones. «Si
eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan». La tentación de que todo dependa del tener, del
consumo, de poseer, de dedicar toda la vida y esfuerzos a resolver las
necesidades materiales; de mostrar y
hacer gala de lo que posees,.. aunque bien sabes que puede haber un gran vacío
en tu vida, falta de interioridad, falta de amor, soledad, pecado,
tristeza,…porque "No sólo de pan vive el hombre". La tentación del poder. De dominio. De estar por encima
de los demás; de ser siempre quien que decide, quien tiene la última palabra y
se impone; la tentación de dominio, de manipulación, de uso y abuso de los
demás, de estar en lo más alto, de venderte para reinar y dominar, a costa de
idolatrar a ese mismo poder.. «Te daré el poder y la gloria de todo eso… Si tú te
arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Todo lo puedes lograr si
te vendes, maquinas, utilizas a los demás. Pero no olvides solo uno es Dios,
los ídolos te comen y consumen. "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás
culto"». La fe se juega
en cada actitud. En la búsqueda de éxitos, ya que nos han convencido que
debemos ser vencedores, someter a otros, estar en lo más alto, ser top one,
mostrar nuestra superioridad, aparecer deslumbrantes y espectaculares; nos
desafían a mostrar nuestra supremacía, que somos más que los demás: Si eres Hijo
de Dios, tírate de aquí abajo,.. y no dudamos en hacerlo. ¡No sabes
con quién estás hablando, decimos¡. Y creyéndonos dioses alardeamos de nuestros
poderes, cualidades, medios, haciendo verdad lo que a viñeta, provocativamente,
pone en labios del Maestro: Yo hago solo milagros espectaculares y ante las multitudes.
..y cuando llegamos al
suelo nuestra caída es mortal y
destructiva, dándonos cuenta que tantas veces jugamos pretendiendo ser dios. "No
tentarás al Señor, tu Dios". Cuaresma
tiempo de renovar nuestra fe. Saludos.
P.
Esteban Merino Gómez, sdb.

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