4/27/2013



img_2500_ch[1]MINUTO DOMINICAL
 “Amor y Gloria”

img_2500_ch[1]28 de Abril  de 2013.  5° Domingo de Pascua. Ciclo Anual  “C”  - Evangelio de San Juan  13, 31-35

            Teniendo el conocimiento y el encuentro con Cristo resucitado de los discípulos después de su resurrección, entendemos mejor este largo discurso de la despedida de Jesús antes de su pasión y muerte, en el Evangelio de San Juan, y el asombro e ignorancia de los discípulos. Este relato se escribe cuando la comunidad está segura de la resurrección y de la presencia del Maestro y despierta en ellos una comprensión nueva de lo escuchado y lo vivido antes de su pasión y muerte. Jesús se está despidiendo: ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Por eso la pregunta de Pedro, unos versículos después: Simón Pedro le preguntó: "Señor, ¿adónde vas?" …"Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora?.  Y el clima de despedida que se percibe hasta en las palabras de cercanía y cariño del Maestro: Hijos míos (hijitos: Teknia-Teknos: niños pequeños), lenguaje cargado de cariño, de cercanía de trato y de sentimiento por la partida.

            Pero el relato comienza en tercera persona: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él.  Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. El  Hijo del hombre es un título cristológico que Jesús utiliza para hablar de su partida y de la interpretación y significado de su pasión y muerte como su hora o momento definitivo que da significado a toda su acción. Su gloria.  Es el momento de la cruz que coincide con la glorificación. Este último término en el Evangelio de Juan: glorificación, (repetido 4 veces) coincide con la manifestación, o revelación. Por consiguiente la cruz de Jesús es la «hora» de la máxima epifanía o manifestación de la verdad. Hay que excluir todo significado sobre el ser glorificado que pueda hacer pensar en algo relativo al «honor», o al «triunfalismo». Es la culminación de su “paso” (pascua), que es su gloria porque es su misión.

            Y la Gloria, se expresa en el servicio del amor, cumbre de su pascua.  En el v.33 notamos un cambio en el discurso de despedida de Jesús, no se usa más la tercera persona, sino que hay un «tú» a quien el Maestro dirige su palabra. Este «tú» se expresa al plural y con cariño: «hijitos». Y como recuerdo, como gran testamento les deja una tarea: Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. Su gloria ha sido la entrega de su vida. Su gran proyecto de entrega de su vida que ha sido la razón de su existencia.  Y nos entrega el Mandato del Amor. ¿Es nuevo el Mandamiento? ¿Es sólo un sentimiento? ¿Es una tarea solamente entre los miembros de la comunidad o del grupo? ¿Es una tare  universal por el mera razón de ser persona?.

            El Agape cristiano es una de las grandes novedades del maestro. Es nuevo. No excluye a nadie. No es un mero sentimiento sino un compromiso, no es sólo para quien me es agradable; no tiene exclusiones  y, sobre todo, es una tarea o voluntad de amar a  quien no me es tan agradable o placentero convivir con él.  Es lo característico del amor cristiano: no es un un mero afecto de amistad o de amor de pareja o erótico, es una voluntad de estar disponible para el otro, de perdón, de aceptación y de servicio, sin esperar recompensa o la reciprocidad de lo realizado.

            Sera el distintivo: En esto conocerán que ustedes son discípulos míos: si se aman los unos a los otros.  Y sigue siendo un desafío para los discípulos de Jesús en todos los contextos y situaciones de la historia. Hoy sigue siendo actual. Como el Maestro la gloria de la entrega y el amor distintivo de los resucitados.   Saludos.

  
 
                                                                         P. Esteban Merino Gómez, sdb.

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