MINUTO DOMINICAL
“PARA SIEMPRE… …POR AMOR”
07 de Octubre de 2012. Domingo 27° del Tiempo Ordinario - Ciclo Anual “B”
Evangelio de San Marcos 10, 1-16
Después de unos días en casa salimos a una nueva jornada misionera. Fuimos hacia el sur al otro lado del Jordán. El Maestro estaba siempre en contacto con la gente. Los fariseos seguían de cerca todo lo que hacía y decía más que por interés en su mensaje, para pillarlo en algo que contradijera la ley. Y no perdieron la ocasión de hacerle una pregunta polémica de un tema muy discutido entre grandes maestros de la ley como Hillel y Sammai. «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». La pregunta se hace desde la visión del marido, del varón. Es impensable desde la perspectiva de la esposa. La interpretación de Sammai dice que sólo se pude conceder el divorcio, según sus leyes judías, en caso de infidelidad. Sólo la mujer es infiel, no el marido a quien no se le puede aplicar esta causal. Hillel, por el contrario, opina que el divorcio pude darse por cualquier causa, hasta porque se le haya quemado la comida y no está en juego el amor ni el desamor. El esposo es el dueño y define por los dos.
El Maestro, que conoce estas opiniones, los invita a releer el Mandato de Moisés: «¿Qué les prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» Jesús ya sabía la respuesta e interpreta la norma de Moisés dándole la nueva visión suya para sus discípulos. Todos estábamos atentos a la conversación del Maestro con los fariseos sobre este tema de tan actualidad. ¿Qué respuesta daría el Maestro? Se hizo una pausa y Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Lo que el maestro insinúa es que estas actitudes muestran dureza de corazón, tiranía del esposo, dependencia servil de la esposa, falta de amor, y el Maestro considera, a los dos: varón y mujer, en igualdad, al mismo nivel; por eso hace una propuesta nueva para los esposos cristianos que quieran seguirlo, y recordando de nuevo, la escritura que los fariseos conocen bien, les presenta la nueva opción de vida en pareja: dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Una opción nueva que hay que elegir: ser una sola carne, nueva vida. No dos sino una sola realidad y existencia. Es hacer algo nuevo uniendo el agua la harina para hacer algo nuevo, un pan, para la vida de los dos, pan para ser alimento mutuo el uno para el otro y para ser pan fresco y bien sazonado para sus hijos. Una sola cosa que nace de lo que él y ella ponen sobre la mesa: su vida, su historia, sus talentos, sus esperanzas,.. y que amasados en el amor y por el amor son alimento mutuo. En ocasiones pan con exceso de sal, en momentos endurecido por las palabras o el trato mutuo, faltando en los momentos de crisis, comiéndose el pan solo uno de ellos y produciendo hambre, en el otro o en la otra, o en los hijos,.. porque no hay mesa común de diálogo, de mutua aceptación, de comprensión y escucha,.. y el pan sabe duro, desabrido, extraño,.. el pan solo es fresco para siempre si es pan amasado de amor. Los discípulos quedaron mudos…. Pensando.
En la casa le piden aclaraciones. El Maestro ratifica: el amor es fiel y es para siempre, si no, no es amor, y no es pan que alimente. En la casa había unos niños y la familia se los llevo para que los bendijera pero los discípulos les reñían. Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.» Todos notaron su enojo y la bondad con la que los recibió y saludó. Y encima los pone como ejemplo. No contaban mucho los niños en la familia y menos cuando estaban en juego cosas importantes o diálogo entre adultos. Para Jesús ellos son el paradigma o modelo del Reino de Dios. En esta SEMANA DE LA FAMILIA: CONSTRUCTORES DE VIDA, es necesario que el amor sea el pan amasado cada día en la familia y que nuestros hijos, reciban el Pan Bueno de Dios, como abrazo de Jesús para ellos.
FELIZ SEMANA A TODAS LAS FAMILIAS. Dios los bendiga.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
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