“Noche de Paz”
24-25 de
Diciembre de 2016 – NATIVIDAD DEL SEÑOR - Ciclo “A” – San Lucas 2, 1-14; San Juan 1, 1-18
La
Noche Buena y la Navidad tienen muchas expresiones, tantas como experiencias
personales, de fe, familiares y culturales. El canto que más entonamos en este
día es Noche de Paz.
La
paz, y la luz para saber valorarla, es el gran llamado del Profeta Isaías en esta
vigilia: El pueblo que
caminaba en la noche divisó una luz grande; habitaban el oscuro país de la
muerte, pero fueron iluminados.
Los zapatos que
hacían retumbar la tierra y los mantos manchados de sangre van a ser quemados:
el fuego los devorará. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le
ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: «Consejero
admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz. Paz a los hermano
de Siria, de Alepo. A quienes quien celebrar la paz y la Navidad en lejanos
países. Paz a todos y cada uno de nosotros. Paz a nuestros vecinos. Paz en
nuestra comunidad. Paz en nuestra casa. Noche de Paz.
Noche de paz: Que la gracia del Dios con Nosotros, Emmanuel que
nace. La
gracia de Dios,.. nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para
vivir con sobriedad, justicia y piedad. Para vivir la capacidad de
dar y pedir perdón, rechazar toda injusticia, venganza y vivir el derecho y la
justicia. De la cárcel a la ciudad. Noche de paz.
Noche de paz: Por aquellos días salió un decreto
del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el
imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria. Todos,
pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José
también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la
ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David. … Mientras
estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo
primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había
lugar para ellos en la sala principal de la casa. Noche de paz
para todos los migrantes, que como María y José dejaron sus tierras y
emprendieron un nuevo camino. Noche de paz para los hermanos haitianos que
trabajan en los campos de Linares, como
Wilner, Nikenson, Paul o Mesac. Noche de paz con un pesebre de acogida en cada
una de muestras casas.
Noche de paz. ¡Qué hermosos son sobre los montes, los pasos del que trae la
buena noticia, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que anuncia la
salvación, y que dice a Sión: «¡Ya reina tu Dios!» Griten
de alegría, ruinas de Jerusalén, porque Dios se ha compadecido de su pueblo y
ha rescatado a Jerusalén. Tiempo de alegría. De la
alegría del Evangelio. De la Buena Nueva porque Dios se ha hecho cercano, uno
de nosotros, Dios con nosotros, cercano, nuestro, terrestre y divino; niño y
Dios. Noche
de paz.
Noche de paz. Porque nos ha hablado de forma
definitiva por medio de su Hijo. En diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios
habló a nuestros padres por medio de los profetas, hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a
nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él
dispuso las edades del mundo. Se ha hecho Palabra y se ha
hecho oídos, oídos del Padre la Misericordia, para comunicarse y comunicarnos
el corazón del Padre, para enseñarnos a
hablar, a hablarnos, a escucharnos, a realizar la lectio divina, la escucha de
la palabra, desde sus labios, y a lectio vitae, la lectura de la vida, de los
prójimos, de las realidades y situaciones que vivimos, e iluminarlas con su
Palabra, voz de Misericordia del Padre. Noche de paz.
Noche de paz. Porque la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros. Y
ahora, con todos los hombres y mujeres de nuestra historia tenemos el desafío
de hacer de nuestro tiempo, un tiempo de paz, en la justicia, en el perdón,
donde todos los pueblos, razas, culturas, visiones religiosas, creemos un nuevo
mundo de relaciones, con la naturaleza, entre los pueblos, en las familias, entre
las personas, con nosotros mismos y con Dios. Noche de paz. Quien la da la Paz, la recibe. Quien la ofrece puede
pedirla. Quien la construye la goza. ¡Feliz navidad¡
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
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