01 de Noviembre de 2015 –Solemnidad de Todos los Santos – Evangelio de San Mateo 4,25- 5, 1 01 de Noviembre de 2015 –
La solemnidad del día nos saca de la lectura continuada de Marcos para presentarnos el gran “sermón de la montaña” mateano, con el programa de vida de los discípulos misioneros, de los santos, de los creyentes, de los seguidores del Maestro.
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de Transjordania. Es la fiesta de las multitudes, de los hombres y mujeres sin nombre pero con fuertes convicciones, ideales, con exigencia, con fuerza, con desafíos y con ideales. Lo mismo nos cuenta San Juan en la lucha constante de su iglesia: Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y persecución,.. Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos (Apoc 7, 9)
Esta gran multitud es la Iglesia en toda su historia y en todo el mundo, porque es católica, universal, multicultural, multiétnica, plurilingüe, global.. Muchos de ellos tienen nombre y apellido, como los de la foto que hoy colocamos; otros son anónimos. Muchos están ya celebrando la gran fiesta con el Maestro en su resurrección, número incontable que no se puede reducir al número simbólico del Apocalipsis: entonces oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel. Muchos están entre nosotros, a nuestro lado, en nuestras comunidades, en la iglesia universal de nuestro tiempo, en los países de persecución y martirio; en los países consumistas y olvidados de Dios; en los pueblos y continentes nuevos con culturas y expresiones nuevas de fe; en el oriente antiguo, como minorías fieles de discípulos en culturas no cristianas,.. y en silencio, cada día, nacen en la tierra, y nacen para el cielo, beatos, fieles, discípulos, seguidores, en todos los caminos de la tierra.
Santos en el cielo y santos en la tierra. Santos que ya llegaron a la meta y quienes estamos en camino, en tiempo de exigencia, de escalada, de escuchar las palabras del Maestro en “la montaña” y ascender con Él hacia la bienaventuranza, ganarse la felicitación macaria, y caminar engendrando la esperanza de la alegría definitiva, junto al Maestro en el Reino.
Santos en el cielo y en la tierra. Nosotros tratando de encontrar el camino que supere la mediocridad del mandamiento prohibitivo y negativo, para llegar a la meta más desafiante de llegar al máximo del desafío del Maestro y hacer de la meta el merecimiento del título de la santidad. ¡Felices¡ quienes hacen del sustantivo: pobre, aflicción, paciencia, justicia, misericordia, corazón puro, persecución,.. la alegría de la vida, aunque en ocasiones, como al Maestro nos cueste, y tengamos la dicha, y la alegría de escuchar del Maestro laS palabras consoladoras y plenas de vida: Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una grande recompensa en el cielo. Feliz fiesta a los santos del cielo y de la tierra. Saludos.
P. Esteban Merino Gómez, sdb.
No hay comentarios:
Publicar un comentario