“¡Ser Bautizado¡”
15 de Enero de 2017 – 2° Domingo Durante el Año
- Ciclo “A”
– San Juan 1, 29-34
El testimonio de Juan Bautista en el Jordán nos
presenta y da a conocer a Jesús quien trae el Bautismo en el Espíritu, a quien
Juan no conocía, pero que el Padre ratifica con el Espíritu Santo que recibe.
El signo del Bautismo es para Jesús su manifestación pública y el inicio de su
vida y misión pública.
El Bautismo es, también para nosotros, el inicio
de la vida de fe y del camino como cristianos discípulos. Bautismo,
Confirmación y Eucaristía conforman la gran iniciación cristiana, formación en
la fe y comienzo de un caminó verdalmente consciente y libre, con un estilo de
vida coherente y propio del cristiano, del católico. ¿Sabe la fecha de su
bautismo? ¿La recuerda? ¿Celebra el aniversario de su Bautismo?. Estos pequeños
gestos muestran una valoración, un aprecio, del Bautismo y la importancia que
concedemos a este aconteciendo inicial de nuestra vida cristiana. Ninguno de nosotros
olvida la fecha de nacimiento pero muy pocos le hemos dado importancia al
acontecimiento de nuestro nacimiento en la fe por el Bautismo.
El Bautismo con agua y el Bautismo en el
Espíritu, con la plenitud de sus dones y la confesión adulta de nuestra fe nos
encamina a la adultez de nuestra opción de fe católica y nos compromete con el
testimonio de vida como lo hace Juan el Bautista. Este paso exige responder al llamado recibido. Este
llamado no puede ser asumido siendo infantes, niños de unos días o meses, edad
en la que muchos nos hemos bautizado, sino que requiere la capacidad de
conocimiento de Cristo y la capacidad de respuesta. Lo dicho de Jesús en la
primera lectura de este domingo por el profeta Isaías tenemos que asumirlo como
propio todos los bautizados. El me dijo: «Tú eres mi servidor, …y
por ti me daré a conocer. Y ahora ha hablado el
Señor, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor. …No vale la pena que seas mi servidor
únicamente para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a
su patria. Tú serás, además, una luz para las naciones, para que mi salvación
llegue hasta el último extremo de la tierra. Cristo El
Señor, el Ungido, nos unge en el bautismo y confirmación para ser testigos,
portadores de la luz bautismal y coherentes con sus significado y exigencia.
Para ello es necesario, QUE SI NO LO HA HECHO NUNCA EN SU VIDA, pueda hacerlo
hoy, asumir de forma adulta, consciente, libre y responsable su bautismo: ESTOY
BAUTIZADO, porque tal vez he recibió este sacramento como niño, pero
SOY Y
QUIERO SER BAUTIZADO, porque hoy asumo y me decido,
delante de Dios, profesando el Credo de Mi Fe, A SER Y VIVIR BAUTIZADO. SOY BUATIZADO.
San Pablo, Pablo de tarso, nos da un ejemplo de esta actitud de
asumir reflexiva y responsablemente el nuevo significado de su vida después de
encontrase con Cristo. Pablo, apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios que lo ha
llamado,.. a la Iglesia de Dios que está
en Corinto: a ustedes que Dios santificó en Cristo Jesús. Pues fueron llamados
a ser santos con todos aquellos que por todas partes invocan el Nombre de
Cristo Jesús, Señor nuestro y de ellos. Reciban bendición y paz de Dios Padre y de Cristo
Jesús, el Señor. Responde al llamado de Cristo para ser
junto con sus hermanos: santo, por la gracia de Cristo, apóstol, miembro de la comunidad
que invoca y sigue al Señor, aunque antes había sido perseguidor de sus mismos
hermanos de comunidad. Hoy es el momento. ¿Ud. ESTÁ BAUTIZADO o ÉS
BAUTIZADO QUE CONFIESA SU FE Y LA VIVE?.
Renueve en este día su Bautismo. Saludos.